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Fraudes más habituales en el seguro de coches contra las aseguradoras

Casi 9 de cada 100 accidentes de tráfico con daños corporales declarados en los partes médicos encubren un intento de fraude, según Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (ICEA) en la jornada Lucha contra el fraude en seguros: falsedad documental y falso positivo recogido en una nota por la Unión Española de Aseguradoras (UNESPA). Los fraudes en el seguro de coches contra las aseguradoras más frecuentes, según la medición publicada, se registran en automóviles y en responsabilidad civil.

El problema para las aseguradoras está en que la gran mayoría de ellos han sido provocados intencionadamente con el propósito de obtener un mayor beneficio económico, que es lo que constituye un fraude.

Los fraudes contra las aseguradoras son instigados más por hombres que por mujeres. El perfil más común del defraudador a las mutuas, corresponde a varones jóvenes, en desempleo laboral o con trabajos poco remunerados, que intentan obtener ingresos con indemnizaciones cuantiosas sirviéndose de las compañías de seguros. 

Sin embargo, dar un parte falso o encubrir un percance o accidente con el coche puede traer graves consecuencias económicas y penales para el defraudador.

El único fin de quien intenta engañar a la aseguradora es la de reclamar una cantidad muy superior al daño sufrido.

No obstante, si hay algo que preocupa a las aseguradoras es la proliferación de mafias o redes organizadas. Se trata de jerarquías que, con pocos integrantes, se encargan de provocar accidentes, generalmente con siniestros muy graves, para blanquear dinero de dudosa procedencia.  

En sus actuaciones involucran a terceros involuntarios, o simulan choques entre ellos. Sus prácticas más habituales son “en carrusel” para ir estafando a distintas compañías aseguradoras de forma sucesiva. Su actividad fraudulenta supone 8 veces más el importe medio de cada parte, pretendiendo cobrar indemnización muy por encima de lo asegurado en la póliza.

Tipos de fraudes más habituales que investiga un detective privado

En nuestro país se registran multitud de intentos de fraude para intentar engañar al seguro. El objetivo que persigue cada uno de estos incitadores no es otro que reclamar perjuicios no sufridos realmente y obtener un beneficio económico a costa de nuestros patrocinados.

El tipo de fraude que sufren las compañías en el seguro del coche con relación a la cuantía de las indemnizaciones que se les demanda ha evolucionado. 

Si bien la malicia y truhanería hacia las aseguradoras para estafar al seguro del coche han existido siempre, en épocas anteriores recibían partes fraudulentos que simulaban únicamente daños materiales al vehículo; ahora se registran un mayor número de intentos de partes con falsos siniestros por daños corporales, con lo que las indemnizaciones reclamadas a las mutuas aseguradoras son bastante más elevadas y cuantiosas.

Entre los tipos de estafas más habituales que nuestro equipo de investigadores privados para aseguradoras y mutuas ha ayudado a destapar, destacan los siguientes. 

Daños físicos

Mostrar dolencias en la espalda y lesiones cervicales, o esguinces, e incluso una invalidez fingida, son lesiones que más se intentan recoger en los partes después de un alcance trasero por otro vehículo o por otro supuesto accidente. 

Exageración de daños

Aunque la mayoría de los asegurados no defraudan a las compañías, en nuestros más de 20 años como detectives privados para empresas de seguros hemos desvelado casos de asegurados que magnifican, no solamente las lesiones personales, sino los daños en el vehículo con el único fin de obtener un beneficio económico propio.

Entre estos partes fraudulentos hay quien declara averías como si hubiese sufrido un accidente a fin de conseguir una reparación a costa de la mutua aseguradora.

Reclamar daños sobre elementos ajenos al coche

Este intento de fraude suele ser una de las estafas más habituales después de una pequeña colisión, sobre todo objetos tecnológicos: la reclamación de rotura de pantalla o desaparición de móvil y ordenadores portátiles, son algunos de los daños que se recogen en los partes de siniestro y que son más difíciles de confirmar por parte de las aseguradas. 

Es ahí donde se inicia la labor de los detectives privados: realizamos una exhaustiva y profunda investigación con todos los medios materiales, técnicos y humanos que nos permitan emitir un informe completo para que nuestro patrocinado actúe en consecuencia.

Simular un siniestro que no ha ocurrido

En estos fraudes a quien implica a un tercero, ya que emiten partes a la aseguradora sobre desperfectos causados por él mismo. Es muy común que el supuesto estafador intente simular que alguien le originó una abolladura o rasguño y no se identificó al causante, buscando que sea el seguro del vehículo quien se haga cargo de los gastos de chapa del coche.

Asimismo, no escapan a estas prácticas otras reparaciones como presentar ante las compañías aseguradoras las roturas de espejos retrovisores exteriores que se habían producido hace tiempo como falsos siniestros.

fraudes a aseguradoras

Partes falsos

En este ardid, una tercera persona intenta reclamar una indemnización del seguro alegando un parte falso de accidente, generado ficticiamente. 

Robo de vehículos

Es otro de los reclamos más frecuentes a las compañías de seguros que estas contratan investigar a una agencia de detectives, y con ello el defraudador pretende cobrar una indemnización mayor a la que corresponde a la póliza suscrita. En este caso es necesario pon denuncia ante las autoridades competentes. 

Otros fraudes que recibido el encargo de desenmascarar como investigadores privados incluyen desde encubrir accidentes causados por el consumo de alcohol y drogas, ya que la compañía puede anular las coberturas si se tiene un accidente por ello; a mentir y ocultar datos a la compañía en el momento de contratar el seguro.

Consecuencias por intentar defraudar a la compañía aseguradora

La inmoralidad del defraudador siempre intenta “ir más allá”, pero estos hechos fraudulentos son considerados delito y el defraudador se tendrá que enfrentar a varias consecuencias:

  • La compañía puede cancelar la póliza del seguro del coche si comprueba que ha existido fraude, perdiendo el defraudador el derecho a indemnización. 

Además de no encontrar ninguna compañía que le quiera como cliente, ya que las entidades aseguradoras intercambian datos sobre sus posibles asegurados. Circular con un vehículo sin seguro es un hecho no permitido y puede conllevar graves sanciones.

  • La prima de la póliza que tiene que pagar el asegurado será cuantiosa e incrementará considerablemente su importe anual si los partes son emitidos con frecuencia. 
  • Una conducta estafadora y malintencionada, realizada como un acto consciente y voluntario (no doloso) es considerado como delito de estafa, y, por tanto, tener consecuencias legales: con abultadas multas y hasta con penas de cárcel. 

El Código Penal en España, en su artículo 248, establece penas que podrían ser impuestas en función de la cantidad de la estafa y de la magnitud de gravedad o delito cometido por el defraudador. Las multas serían cuantiosas, e incluso devolver la indemnización y pagar las costas judiciales. Las penas podrían ser de 6 meses hasta los 3 años de reclusión en prisión.

  • Incremento generalizado del precio de las pólizas. Las compañías aseguran que el precio de la póliza varía en función del historial de siniestralidad del cliente, y que el fraude a los seguros es una de las principales razones por lo que las primas suban de precio.

Cómo se defienden las compañías frente a las estafas

Las compañías aseguradoras, conscientes del gran impacto que determinados defraudadores originan sobre ellas, destinan cada vez más recursos para luchar contra las elevadas indemnizaciones fraudulentas. Según la nota de UNESPA, el pago fraudulento que evita una investigación de posible engaño a la mutua aseguradora es de 37,30 euros por euro invertido. 

Para combatir hechos fraudulentos poseen sus propios mecanismos internos y sus propios técnicos especialistas, quienes analizan, a través del software, indicios, patrones y vínculos de los posibles clientes defraudadores para evitar un engaño de negocio lícito. A la vez, colaboran y trabajan en conjunto con otras compañías aseguradoras para intercambiar y cotejar datos, sobre clientes que presentan parte de siniestro con frecuencia.

También, las compañías contratan los servicios de detectives privados como Accésit Detectives para conseguir las pruebas necesarias para desenmascarar el fraude en distintos aspectos: forma, intensidad y coherencia. 

Nuestro equipo de detectives para mutuas y aseguradoras, con un código de actuación impecable y lícito, recaban todas las pruebas y la información real, verídica y demostrable con los mejores medios de espionaje, para acreditar que la supuesta víctima no padece ninguna secuela de la que dice haber sufrido en un accidente o siniestro y dotar de pruebas válidas a nuestros patrocinados colaboradores para que actúen en consecuencia.

Si nececesita un investigador póngase en contacto con nosotros

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