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Contaminación acústica en comunidades de vecinos

Entre el fragor del tráfico, la música estridente, el ruido de los aviones, los aparatos de aire acondicionado, el silencio parece estar en vías de extinción. Y es que para poder vivir en un mundo más sostenible y saludable es necesario combatir la contaminación acústica.

contaminación acústica en comunidades de vecinos

El ruido no es sano ni ecológicamente sostenible. El ruido es molesto y se considera también un agente contaminante, llegando a cierta cota o nivel de intolerancia, volviéndonos en la actualidad más sensibles, añadido a nuestra dinámica de la vida laboral, cotidiana, que es lo que nos ha hecho estar más pendiente de lo que nos puede afectar o nos puede invadir nuestro domicilio, ya que el ruido es un factor psicopatógeno que impide la realización de nuestra vida cotidiana u ordinaria, de ahí que nos hayamos vuelto más reaccionarios contra el ruido.

Habría dos tipos de ruido, el ruido objetivo, amparado por la Ley y sus normas y, por otro, el ruido subjetivo que es tal y como lo entiende la población, donde cada uno comprende el ruido a su manera porque a cada uno le afecta el ruido de una manera distinta.

Tengamos presentes que el sonido no es ruido. El ruido, es más sibilino, puede molestar, desde el llanto de un bebé o los tacones de una vecina al caminar por la casa … otra cosa distinta sería, igualmente, la contaminación acústica que además de molestar tiene efectos nocivos sobre la salud. De ahí que tengan ambos una importancia y un tratamiento distinto.

Pero, ¿somos conscientes de hasta qué punto nos está alterando el ruido?. Y es que una de las particularidades que tiene el ruido, es que se autolegitima en nuestra sociedad, es decir, que cuanto más ruido haya, da la impresión de que parece más necesario, que colabora más al progreso económico, que es más natural, que es más normal … y ni mucho menos, el ruido a partir de los cincuenta y cinco decibelios, a nivel ambiente, es decir, fuera de casa, ya se considera como contaminación acústica, como un agente agresor, tal y como ha dictado la Organización Mundial de la Salud.

No confundamos, el ruido de la naturaleza, obviamente la naturaleza es ruidosa, por ejemplo, la que producen por ejemplo las olas de mar o una tormenta. Otro tipo sería el ruido social, es decir, el que provocamos nosotros y, por último, la percepción del ruido, como percibimos nosotros el ruido, y de ahí, vienen las consecuencias del ruido social, el ruido genera unos efectos, y esto es lo que tenemos que tener en cuenta, con independencia de que los percibamos o no. El ruido interfiere en una conversación, en el trabajo, en nuestro domicilio … y no tenemos en cuenta la conciencia ciudadana de esos problemas, no somos conscientes de ello. La sociedad no está concienciada frente al ruido medioambiental, donde el ochenta por ciento de la contaminación acústica de nuestro País depende del tráfico rodado, un diez por ciento de las Empresas y el otro diez por ciento de las concentraciones urbanas, botellones, discotecas … .

Vivir en una comunidad de propietarios con una alta contaminación acústica, la cual es provocada por algún / os vecino / s, no solo es insalubre para el resto de vecinos, sino que compromete seriamente la calidad de vida de la comunidad.

En nuestra Agencia de Detectives, tratamos los hechos contaminantes de responsabilidad admi­nistrativa, directa o subsidiaria, y de algunos otros en los que son más difíciles de reco­nocer esa responsabilidad. (reincidencia o habitualidad del autor / es).

El ruido es tratado como fenómeno contaminante en muy variados ámbitos: el de la evaluación de impacto ambiental; el de la programación y construcción de las infraestructuras ruidosas, y, de modo muy notable, el del ámbito municipal de las activida­des clasificadas, es decir de las actividades molestas e insalubres, por utilizar la expresiva terminología clásica.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya en el año 2020, prácticamente el 22% de los hogares españoles aseguraba sufrir ruidos molestos, ya fueran procedentes del exterior o, muy especialmente, originados desde el propio vecindario. Es más, esta tendencia se ha mostrado en auge con respecto a los años anteriores, debido a que en el lustro precedente apenas se alcanzaba el 16%.

Esto no hace sino aseverar la existencia de un problema real, serio y grave que perturba la tranquilidad y el confort de la esfera personal y familiar en la vivienda.

Qué es la contaminación acústica

Se trata de la exposición provocada en el ambiente por todo tipo de ruidos o vibraciones que la generan, de forma evidente para la salud, una molestia, riesgo e incluso daño a las personas afectadas, sin importar la fuente emisora de dichas estridencias. Además, suponen un claro perjuicio para el desarrollo habitual de sus actividades, máxime provocando efectos indeseados sobre el medioambiente.

Debido a este motivo, se creó una normativa legal inicial al respecto con la Ley 37/2003, del 17 de noviembre, del RuidoPara poder actualizar y mejorar dicho precepto, se han ido agregando progresivamente distintas normas europeas, autonómicas y municipales.

El punto de vista que adoptamos en el tratamiento de esta problemática en Accésit Detectives al respecto, es el del receptor del ruido. El oído humano es un órgano muy sensible, y funciona en directa conexión con el cerebro, donde la sensibilidad auditiva se mezcla con otras muchas sensibilidades, en dimensiones que trascienden a la acústica. La audición y la sensibilidad al ruido son fenómenos subjetivos, pero no sólo, porque real­mente nos incomoda cuando es molesto y esto depende de factores distintos de la audición. Desde luego, la molestia acústica es función de la edad del receptor, de su constitución y estado físico y psíquico. Pero también lo es de otras varia­bles objetivas, no sólo las medidas en decibelios (presión sonora) o fonios (sonoridad), sino también de las circunstancias en que acaece el ruido que no dependen del sujeto. La molestia viene determinada según la hora del día, la semana o la estación; la duración y de cómo evoluciona y qué periodicidad tie­ne; en qué entorno (familiar, zonal, local, comarcal) se produce el ruido y con­forme a qué patrones, usos y costumbres. no especia­listas.

La sonoridad es un fenómeno eminentemente subjetivo, pero el exceso de susceptibilidad no excluye por sí solo la presencia de contaminación acústica. No es una cuestión fácil de tratar. La sonoridad también ha de ser tenida en cuenta por la parte afectada, ya que no toda fuente de ruido “suena igual” para todas las personas. En algunos casos, por tanto, la actitud hacia ciertas fuentes de ruido, o mejor dicho, el soportar hasta ciertos límites las molestias que ocasionan, forman parte de las cargas ciuda­danas, y la determinación hacia estos casos ha de ser muy estricta.

Por todo lo dicho, investigar la contaminación acústica en este tipo de entornos o ambientes forma parte de los servicios de nuestros Detectives Privados, al igual que otros tipos de contaminación ambiental que se pueden producir reiterativamente en las comunidades vecinales.

Así, las evidencias obtenidas tras las pesquisas realizadas legalmente sobre la fuente del ruido y las mediciones de los análisis acústicos, efectuados por Accésit Detectives, resultarán de gran valor para demostrar que se está infringiendo la mencionada legalidad debido al excesivo nivel de estrépito.

Cuáles son los límites sonoros permitidos en las comunidades de vecinos

En este sentido, aunque los límites sonoros puedan variar en función de las estancias del hogar a las que nos refiramos, sí que existe un reglamento municipal al respecto.

La normativa establece un límite de 35 decibelios desde las 8:00 horas hasta las 22:00 horas siendo más bajo, evidentemente, entre las 22:00 horas y las 8:00 horas, concretamente entre 25 y 30 decibelios.

No obstante, tal y como hemos mencionado, puede llegar a variar de una ciudad a otra en uso residencial. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Valladolid establece en los dormitorios (la estancia más sensible al ruido) un límite de 32 decibelios de día y 25 decibelios de noche. En el caso de otras habitaciones, pudiendo llegar a alcanzarse hasta los 40 decibelios de día y los 30 decibelios de noche.

Sirva el siguiente ejemplo para ilustrar los niveles auditivos a los que nos estamos refiriendo: los 55 decibelios los alcanza fácilmente el simple sonido de una aspiradora, una batidora en funcionamiento e incluso un recinto u oficina empresarial con ingente actividad.

Profundizando más en este sentido, los 80 decibelios equivalen al tráfico habitual urbano, siendo aún más superior aquel que procede de discotecas o conciertos, superando la barrera de los 110 decibelios, lo que supone evidentemente un riesgo grave para la salud.

Por tanto, se debe ser cuidadoso especialmente tanto con la exposición constante a ellos (reducir uso de auriculares, adquirir electrodomésticos silenciosos…) como con las actividades que se realizan en la propia vivienda. Muy especialmente en franjas horarias concretas, que perturban el descanso y el confort del resto de habitantes del entorno.

El problema de la contaminación acústica en la salud vecinal

Tal es esta innegable y perjudicial exposición, que incluso la Agencia Europea de Medio Ambiente ya ha determinado el peligro que sufren uno de cada cinco europeos a unos niveles excesivos de ruidos y, además, de forma prolongada. No es de extrañar, ya que supone el segundo factor de estrés ambiental más dañino, solamente por detrás de la contaminación del aire. Es más, el 76% de la población española afirma afectar de forma significativa a su vida.

En casos extremos, si el grado de contaminación acústica es muy elevado, puede llegar a causar diversas afecciones al vecindario de la comunidad, como son insomnio, ansiedad e irritabilidad, alteración del sueño, etc.

  • Problemas de audición: las pérdidas auditivas son evidentes cuando se produce esta sobreexposición, tanto en traumas acústicos agudos (provocado por un sonido explosivo) como en aquellos crónicos, desarrollados de forma prolongada por una exposición duradera.
  • Ataques cardiacos: se padece un aumento de sufrir ataques al corazón con la contaminación acústica. Científicos de Dinamarca concluyeron en el año 2012 que, cuanta mayor exposición al tráfico urbano, mayores son las probabilidades de este riesgo. De hecho, por cada 10 decibelios incrementados en la calle, aumenta las probabilidades un 12 %.
  • Alteración de procesos naturales: la falta de sueño es una notable fuente de problemas de salud, no solamente derivados en dolores de cabeza o mal humor, sino también en contracturas, dolores musculares e incluso afectando a la propia digestión. Este último deriva también en otras complicaciones como gastritis, acidez e incluso estreñimiento.
  • Estrés, ansiedad y depresión: aunque todos los problemas de salud mencionados se retroalimentan, también confluyen en un claro aumento del estrés, la ansiedad y la depresión, lo que también influye en el rendimiento laboral, personal o académico. Un ruido por no muy intenso que se perciba y que ocasionalmente nos podría parecer aceptable o pasarnos desapercibido, de per­sistir nos lleva al malestar, y no mucho después, a la depresión e incluso a la enfermedad.

Claves para saber cómo actuar en caso de sufrir ruidos molestos en la vivienda

Ante esta problemática, lo ideal es ahondar en la búsqueda de una solución lo más rápida y efectiva posible. Cuando el ruido procede de parte de un residente, puede haber distinta tipología de casos que lo provocan.

Puede ejercerlo de forma premeditada y alevosa, con la única intención de generar una molestia palpable y notoria al resto de habitantes. También puede producirse debido a que el morador ejecuta actividades ilegales, sin ningún tipo de permiso, desde reuniones clandestinas hasta eventos sociales a altas horas de la madrugada e incluso obras que, no solo no cuenten con licencia, sino que además se efectúen en franjas horarias intempestivas. Igualmente, también puede originarse de forma voluntaria en los locales comerciales próximos, tanto en establecimientos de ocio en los bajos como en aquellos aledaños.

Por eso, se pueden seguir una serie de pautas a la hora de encontrar una solución a esta situación.

  • Vía amistosa: en este sentido se pueden establecer determinados pactos verbales que ayuden a resolver el problema de ruidos indeseables sin necesidad de tomar mayores represalias. Algunas de estas sugerencias que se pueden realizar al causante de la contaminación acústica son: establecer horarios en los que se debe respetara el silencio, tanto para celebrar reuniones sociales como para moderar el volumen de aparatos electrónicos, establecer unos límites a la hora de emplear artefactos electrodomésticos o de visitas ruidosas en el hogar. En todo caso, es fundamental establecer y moderar tanto el volumen como el momento del día.
  • Interpelando al presidente de la comunidad: que sea la persona encargada de realizar el requerimiento de cese de actividades molestas, según la mencionada Ley de la Propiedad Horizontal.
  • Demanda de la comunidad: en último caso, ha de ser el presidente quien convoque una junta para autorizar la demanda contra el propietario o inquilino ruidoso. Llegado el caso, además de exigir una cesión inmediata de la actividad molesta, también podría derivar en una indemnización. Para ello, es clave comprobar que se están sobrepasando los niveles máximos de ruidos, y para ello la labor de Accésit Detectives es fundamental.

Por qué contratar un detective privado para investigar el origen de la contaminación acústica en una comunidad

Ante hechos reiterativos de contaminación acústica, el Detective Privado es necesario para investigar y demostrar que se está incumpliendo la normativa general (Real Decreto 1367/2007 del Ruido y al artículo 7.2 de la Ley 49/1960, de 21 de julio, sobre la propiedad horizontal) y la legislación vigente, nacida de las normas municipales del Ayuntamiento correspondiente, en lo referente a la contaminación acústica en comunidades vecinales y sobre la propiedad horizontal.

En ocasiones, la buena voluntad y las vías amistosas no suponen un método eficaz para solucionar los problemas que causan las molestias reiteradas del ruido de un vecino concreto al resto de la comunidad.

Incluso en aquellas determinadas circunstancias en las que se ha tenido que solicitar la intervención policial, los servicios de nuestros Investigadores Privados resultan una opción inmejorable, tanto a nivel particular como desde una actuación contratada desde la Comunidad de vecinos. La labor efectuada por Accésit Detectives resulta de gran valor ante una demanda civil, máxime teniendo en cuenta que podemos ejercer como testigos cualificado del hecho en cualquier señalamiento judicial y ante cualquier órgano jurisdiccional.

El Detective Privado está capacitado para obtener pruebas fidedignas y fiables que acrediten el hecho, el nivel y la reiteración del ruido y la frecuencia horaria con que se molesta, y redacta un exhaustivo y veraz informe con el que demostrar que se están interfiriendo las normas de convivencia continuamente. 

Así, nuestros Detectives Privados, con los hechos documentados, probados y reflejados en el consiguiente informe remitido a la comunidad o particular, podrá dar testimonio de todas las acciones perniciosas del causante, y así facilitar a las partes afectadas la mejor forma para poder poner fin a la problemática contaminación por ruido en la comunidad. 

Recuerden siempre que el ruido es insalubre. La producción de ruido excesivo, padecido de forma crónica, persistente, es un atentado grave a la dignidad de las personas. Las rei­vindicaciones ciudadanas por un ambiente no ruidoso no suelen ser en modo alguno un asunto propio de manías subjetivas o de exceso de susceptibilidad. Al contrario, la producción de ruido sin consideración a los perjuicios que puede producir, es considerada hacia los demás como una agresión. Pero lo hace más grave la cotidianidad, la pretensión de que es una carga de la sociedad actual que no tenemos más remedio que soportar.

Quien contamina paga y el titular de una infraestructura contaminante ha de hacer frente al coste que le corresponde por evitar la contaminación. Contaminación que sufre no el titular de la infraestructura, sino quien vive en las inmediaciones; y coste anticontaminación que no cubre propiamente la Administración de infraestructuras, sino que es sufragado por los ciudadanos contribuyentes con sus impuestos.

Por eso, si en su parcela vecinal padece contaminación acústica o medioambiental en cualquiera de sus formas, acuda a Accésit Detectives para probar el origen y actuar en consecuencia respecto al causante de tan molesta situación.

Si nececesita un investigador póngase en contacto con nosotros

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